jueves, 9 de enero de 2014

Los elementos españoles

Si observamos con detenimiento la Tabla Periódica de los Elementos podemos ver que hay elementos que relacionan su nombre con países o regiones. Esto es mayormente debido a que quienes descubrieron el elemento en cuestión decidieron poner un nombre relacionado a una zona geográfica en cuestión, por ejemplo Marie Curie decidió poner polonio (Po) a uno de los dos elementos químicos que ella descubrió como homenaje a su añorada Polonia. Así, algunos nombres de elementos son evidentes: germanio (Ge), francio (Fr), galio (Ga), europio (Eu) o americio (Am). Mientras por otro lado, otros nombres no lo son tanto para nosotros: hafnio (Hf), de Hafnia que era el nombre en latín de la ciudad de Copenhague, cobre (Cu), de Cuprum que deriva de la frase en latín “æs Cyprium” (metal de Chipre) al haberse encontrado grandes depósitos de cobre en dicha isla, o lutecio (Lu) , derivado de Lutetia que era el nombre en latín de la actual París. De entre estos nombres resulta curioso como Francia tiene dos elementos químicos relacionados con su nombre, francio y galio (de Gallia, nombre de la zona en latín), además de, como hemos visto antes, otro relacionado con su capital, París; pero, ¿y España? ¿Ningún español ha descubierto un elemento químico?

Aunque no es un gran número, sí hay elementos descubiertos por españoles. Estos fueron descubiertos durante la época conocida como Ilustración Española y son wolframio o tungsteno (W) (luego veremos por qué se denomina de dos formas), platino (Pt) y, a medias con Suecia, vanadio (V):
  • Platino (Pt). En 1735 don Antonio de Ulloa y de la Torre Giralt (1716-1795), sevillano por cierto, observó un mineral denominado “platina” (pequeña plata) en las minas de oro del río Pinto, en lo que hoy es Colombia. Al regresar a España en 1745 su barco fue atacado por corsarios y finalmente Ulloa fue capturado por la marina británica. Fue conducido a Londres y sus documentos confiscados, pero sus amigos de la Royal Society lo liberaron, sus documentos le fueron devueltos y él fue elegido miembro de dicha Sociedad en 1746. Mientras tanto, en 1741, Sir Charles Wood trajo a Inglaterra las primeras muestras del metal y siguiendo la publicación de Ulloa de 1748 se empezaron a estudiar sus propiedades en Inglaterra y en Suecia. Se le empezó a conocer como "oro blanco" (ese término se usa hoy día para describir una aleación oro-paladio) y como "el octavo metal" (los siete metales eran oro, plata, mercurio, cobre, hierro, estaño y plomo, conocidos desde la antigüedad), pero hubo muchas dificultades para trabajarlo debido a su alto punto de fusión y su carácter quebradizo (debido a impurezas de hierro y cobre).
  • Wolframio (W). El único elemento químico aislado en suelo español fue el wolframio, aislado en 1783 por los riojanos Juan José (1754-1796) y Fausto de Elhuyar (1755-1833) (o Delhuyar o De Luyart) que trabajaban en el Real Seminario Patriótico de Vergara (Guipúzcoa). Aunque no hay ninguna duda sobre la paternidad de este elemento, es el único elemento de la Tabla Periódica para el que la IUPAC admite (o mejor, admitía) dos nombres: wolframio y tungsteno. Esto es debido a que en 1781 el gran Carl Wilhelm Scheele (sólo vivió 43 años, pero tiene en su haber el descubrimiento del oxígeno, nitrógeno, cloro, bario, manganeso y molibdeno) describió el tungsteno, pero de este último no aisló el elemento sino su óxido, WO3, a partir de un mineral llamado hoy día “scheelita” en su honor. El elemento puro lo aislaron los hermanos Delhuyar dos años más tarde de la wolframita. A pesar de los esfuerzos españoles, parece ser que la IUPAC se ha inclinado por el nombre tungsteno, aunque el símbolo sigue siendo W y las sales se seguirán llamando wolframatos.
  • Vanadio (V). En 1801, Andrés Manuel del Río Fernández (1764-1849) dijo haber descubierto el elemento 23 de la Tabla Periódica de los Elementos, hasta entonces desconocido, en una mina de plomo mejicana (Zimapán) y como sus sales eran rojas, lo denominó eritronio (en griego “ερυθρός” significa rojo). Cuatro años más tarde el francés Hippolye Victor Collett-Descotils dijo que lo que había aislado era en realidad cromato básico de plomo, lo cual condujo a del Río a retirar su revindicación. En 1830 el elemento fue redescubierto (de ahí el reparto entre España y Suecia) por Nils Gabriel Sefström en ciertos minerales de hierro suecos. Por la riqueza y variedad de colores de sus sales, lo denominó vanadio en recuerdo de Vanadis, la diosa escandinava de la belleza. Un año más tarde, 1831, Friedrich Wöhler (quien sintetizó la urea) estableció la identidad del Vanadio y Eritronio.
Por último indicar que, aunque muy alejada de los cuatro grandes descubridores de elementos químicos: Suecia (19), Reino Unido (18.5), Francia (14.5) y Alemania (12); la verdad es que con sus 2.5 descubrimientos de elementos químicos la posición de España es bastante aceptable si consideramos que entre esos cuatro países han descubierto el 70% de los elementos químicos presentes en la naturaleza, y que el resto de países cuyos investigadores han descubierto algún elemento (obviando los elementos sintéticos) tienen uno (EEUU, Rumanía y Finlandia), dos (Rusia, Austria y Dinamarca) o tres a lo máximo (Suiza) en su haber; España ocupa un modesto pero honorable lugar en la tabla de los descubridores de elementos.

Bibliografía:
- José Elguero. “España y los elementos de la tabla periódica”, Anales de la química (2007) 103, 70-76.
Antonio Lafuente, Nuria Valverde. “Los mundos de la ciencia en la ilustración española” (2003) 66-69.

P.D. Esta entrada participa en el XXXI Carnaval de Química, edición Galio, cuyo blog anfitrión es ::ZFTNews.

2 comentarios:

  1. Mira esta tabla, el vanadio se lo otorgan a los suecos que nos devuelvan el VANADIO!! xD

    http://static.naukas.com/media/2013/06/tabla.jpg

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  2. http://www.galeon.com/juliodominguez/2008/ulloa.html

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