miércoles, 21 de mayo de 2014

La Carreta de cuatro varales

Aunque un servidor no sea precisamente el paradigma de buen rociero, la ocasión merece la pena porque seguramente, al ver la imagen que hay bajo estas líneas, muchos visueños sientan familiaridad con la carreta que enmarca la imagen de Nuestra Señora del Rocío del Salvador.

(Fotografía tomada de https://www.facebook.com/pages/Hermandad-de-Santa-Mar%C3%ADa-del-Alcor-Coronada-y-San-Pedro-Nolasco/386631738113442)

La Hermandad del Rocío del Salvador, vulgo Sevilla, aún estando fundada desde 1934, tenía unas reglas que no permitían realizar la peregrinación romera a la Aldea; hasta que en vísperas de Pentecostés del año 1951 recibió la autorización de Palacio (allí siempre las cosas han ido despacio, ganado se tienen dicho popular). Aquel año, ante la premura, se improvisó una carreta con la tumbilla de la Virgen de las Aguas venerada en la misma parroquia (ver). Pero fue tal el éxito de la peregrinación, que los rocieros del Salvador se propusieron contar con una carreta propia en el siguiente año. Para ello contactaron con Manuel Román Seco, que para la peregrinación de Pentecostés del año siguiente les tenía acabada una carreta que seguía el diseño que se observa bajo estas líneas: Una elegante carreta de alpaca plateada con cuatro gruesos varales y un perfil polilobulado del que colgaban numerosas campanillas que le conferían una singular sonoridad; única, semejante a todas pero diferente del resto de carretas rocieras. Por si aún no se han percatado, esa carreta que hasta 1974 realizó el camino del Rocío con la Hermandad del Salvador es la misma carreta que desde entonces en Septiembre se hace romera por los Alcores del Viso.


Por otro lado, como se ve en esta última fotografía, aunque pudiese parecer extraño, no es la primera vez que esta imagen de la Virgen del Rocío se enmarca en el espectacular encuadre que este templete plateado le confiere; entre 1953 y 1959 la imagen de la Virgen de la Hermandad del Salvador partía en la carreta camino de Almonte, aunque al llegar a la parroquia de San Juan de Aznalfarache (posteriormente en la parroquia sevillana de los Remedios) fuese sustituida por el Simpecado y se quedase esperando a la vuelta de los rocieros sevillanos para volver nuevamente al Salvador.


P.D. Nunca entendí que los sevillanos cambiasen esa maravilla de carreta sólo por hacer una de plata, pero el otro día quedé perplejo cuando llegó a mis oídos que el cambio, más que por hacer una carreta de plata, fue motivado por hacer una carreta con seis varales, los mismos que tiene el templete de la Patrona de Almonte. No sé si esto último es cierto, pero, como dice un amigo mío, en Sevilla se hace lo mejor y lo peor y esta vez parece que hubo unos avispados que renunciaron a tener una carreta con sello propio, siendo única y personal, para tener una carreta “del montón”; es decir, con seis varales, como la mayoría de las carretas rocieras... aunque las casualidades de la vida hacen que en esta ocasión desde estas líneas sólo me quede dar multitud de gracias a  aquellos eruditos, que permitieron que en este rincón de los Alcores disfrutemos cada septiembre el grácil tintineo que las campanillas de la carreta de los cuatro varales confieren al paso del Simpecado de Santa María del Alcor.

1 comentario:

  1. Artículo de la web "La Sevilla que no vemos" sobre el regreso de la carreta visueña al Salvador: http://www.galeon.com/juliodominguez/2014b/scarreta.html

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