viernes, 12 de marzo de 2010

La alargada sombra del ciprés.

¿Quién no ha oído hablar de El Hereje, El Príncipe Destronado o Los Santos Inocentes?, grandísimas novelas de la literatura española de la segunda mitad del siglo XX. ¿A quién no le suenan el Premio Nadal de Novela o el Premio Cervantes de literatura? ¿Escribirá medianamente bien quien haya recibido dichos premios?...
Pues bien, hoy lo que duele a la lengua española no es el desprecio que sufre con cada falta de ortografía, ni tan siquiera otro de esos achaques que le rompen el alma por nacer en los rincones del país del que recibe el nombre, no, hoy lo que ha vestido de luto a nuestra lengua es que la alargada sombra del ciprés ha rodeado a un humilde vallisoletano.
Igual que nunca morirán Miguel de Cervantes, Pío Baroja, Antonio Machado, Lope de Vega o Fernando Villalón… hoy no ha muerto una parte de nuestra querida lengua, hoy Miguel Delibes se ha hecho inmortal.
Parafraseándolo a él mismo; “hoy le sonreía el contorno de Valladolid, allá a la lo lejos. Y por encima, aún le queda Dios.” D.E.P.A.

P.D.: Invito a rendirle el mejor de los homenajes posibles: leer y disfrutar con alguna de sus novelas.