domingo, 7 de noviembre de 2010

Qué bonito es un entierro

Estando en el mes que estamos es de obligado cumplimiento hacer un inciso sobre una vieja dama que a todos nos espera y que nunca pregunta si queremos ir con ella, simplemente nos arrastra a un enigmático infinito donde bailan la nada y el todo, el bien y el mal, lo tangible y lo insustancial… místico lugar de paz y turbulencias en el que cada cual encuentra su lugar.
Mientras nuestra alma se encuentra de viaje hacia esa atemporal dimensión, quienes nos acompañaron en vida lloran acerba petenera en días fríos y negros por más que luzca el Sol. Esos momentos de amarga despedida es lo que llamamos los entierros, sobre los que hay mucha literatura. Seguramente habrá poemas de los más grandes poetas, pero ninguno me llamado tanto la atención como un simpático poema de Mariano Povedano, periodista y cachondo poeta de la postguerra, describiendo la belleza de un entierro:

Se diga lo que se diga,
qué bonito es un entierro,
con sus caballitos blancos
y sus caballitos negros,
con su cajita de pino,
y su muertecito dentro,
con su cochero borracho
y "to" el acompañamiento.
Trincando el de la manguilla,
trincando el Ayuntamiento,
trincando el sepulturero,
y esperando pa trincar
Hacienda a los herederos.
Se diga lo que se diga,
qué bonito es un entierro.

Porque, ¿quién ha dicho que no se pueden hacer bromas sobre la muerte y los entierros?

P.D. Magnífica crítica sobre el rentable negocio de la muerte, donde nunca faltan clientes.

2 comentarios:

  1. Tan real como la vida misma....para terminar en la muerte, que la gran mayoría no desea...

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  2. Tan real como la vida misma....para terminar en la muerte, que para la gran mayoría es algo indeseado...

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