Este de aquí no tiene el conocimiento económico ni político suficiente para poder valorar la decisión del gobierno de la tierra de la plata. De hecho no lo voy a valorar. Lo que sí me atrevo a decir es que como la decisión sea tan lúcida como este comentario en la inaguración del Instituto de Biología Molecular de Rosario, en su amada Argentina, pena me dan los pobres argentinos de la que sobre ellos se cierne; pues al final serán ellos quienes paguen el pato si la cosa sale mal, al igual que serán los que no adivinen beneficio alguno si la cosa sale bien.
Por si alguien no se ha percatado de la BURRADA (sí, en mayúsculas) que esta mujer ha dicho: "...Nunca pude aprenderme más allá del H-2-Cero o del agua..." No sé cómo aún no le han dado el Nobel, lo que si sé es que seguramente beberá un agua totalmente descontaminada de H-2-Cero...