viernes, 10 de octubre de 2014

Los "candelores"

Al comenzar a hablar de costales, cuadrillas, descargadores del muelle o gremios seguramente todo el mundo piense que este artículo trata sobre los gallegos o los antiguos costaleros de Sevilla. Lo que ciertamente nadie pensará en absoluto es que las referencias van a ser a la siciliana ciudad de Catania; por lo que muchos quedarán anonadados al descubrir el trabajo de los “candelores” en esta ciudad italiana en los primeros días de febrero en la festividad de Santa Águeda.

Para introducir un poco los orígenes de la fiesta en cuestión, habría que decir que Santa Águeda es la patrona de Catania y de toda la isla de Sicilia. Ello se debe a que, según la tradición cristiana, esta mujer, que murió virgen, fue martirizada por el senador Quintianus. Durante el martirio, en el que le fueron cortados los pechos, tuvo una visión en la que San Pedro le sanaba las heridas. Pero el mandato del senador se cumplió hasta las últimas consecuencias, y Santa Águeda murió martirizada, lanzando un grito de alegría en el momento de su muerte, para dar gracias a Dios. Al cumplirse un año de su muerte, el monte Etna hizo erupción y los habitantes de Catania imploraron a la Santa su intervención milagrosa para detener la lava, que quedó a las puertas de la ciudad. Desde entonces es invocada en la isla de Sicilia para prevenir los daños del fuego, rayos y volcanes.

A día de hoy, es una festividad popular en las que las calles de Catania viven una mezcla de pasión y folclore con fervor popular alrededor de su Patrona. En el desfile procesional de la Santa por los barrios céntricos de Catania, la Santa es llevada sobre unas andas por una gran cantidad de hombres vestidos de blanco, como marca la tradición.


Hasta aquí no hay nada que nos pueda parecer demasiado cercano al mundo de los costaleros. Pero alrededor de la procesión, existe una tradición desde el siglo XIV por las que muchos gremios artesanos portan velas de mayor o menor tamaño para ofrecerlas a la Santa. Así, con el paso de los siglos, la tradición de ofrecer cera evolucionó para crear unos grandes “candelores” –candelabros–, que siguieron progresando hasta el punto de desaparecer la cera y quedar una gran estructura de madera dorada ricamente decorada por ángeles, flores, banderas… Estas estructuras, de las que hay algunas que impresionan por sus dimensiones, son propiedad de distintos gremios en la ciudad –otra semejanza con Sevilla, pues antaño las cofradías estaban identificadas a los distintos gremios– y desfilan siempre en el mismo orden. Estas andas son llevadas con costal por entre cuatro y doce hombres, que son denominados “candelores” o “portatores”.

Estos portarores antaño eran descargadores del puerto de Catania –qué casualidad, trabajadores del puerto– que trabajaban en cuadrillas bajo las órdenes de un chiumma (capataz). Durante las fiestas todos trabajaban con una vaddedda (costal), que a diferencia de los costales sevillanos, no van forrados por lo que el porteador suele llevar debajo un pañuelo anudado en la cabeza.


Como última curiosidad antes de dejar un video donde ver la labor de estos hombres, habría que indicar que también se colocan hombres con cincho que son los capataces encargados de dar las órdenes para dirigir la estructura, con la diferencia de que ellos también van trabajando físicamente.



P.D. Aunque alguna que otra cuadrilla costalera agradecería unos sones similares, afortunadamente el repertorio que suelen tener nuestras procesiones suele ser mucho más consonante con el sentir devocional de los pasos que el repertorio de las procesiones de Catania.

Fuente: Boletín de las cofradías de Sevilla, ISSN 1137-2893, Nº. 649, 2013 , págs. 259-261

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