lunes, 2 de julio de 2012

Campeones, y van tres.

Que lindo é acabar cantando o que ele diz: ¡Eu sou espanhol, espanhol, espanhol!, na praça do peixe em Aveiro...


Evidentemente escribo esta crónica exaltado por el fervor que en casi todo español han provocado esos 4 goles, se dice muy pronto, para ganar a Italia en un partido oficial tras 92 años. Porque si es bello ver ganar a la selección futbolística de tu país cuando estás en tu tierra, podéis imaginar fácilmente lo increíble que es hacerlo cuando estás fuera; aunque las tierras lusas estén tan cercanas a las españolas.

Parece mentira, hace cuatro años casi nadie en España daba un duro por pasar de cuartos y ya hasta se echan de menos aquellos anuncios de grandes superficies en los que decían que regalarían todo lo que se comprase mientras duraba el torneo que fuese si España resultaba campeona.Todo porque Iniesta, Xavi, Casillas, Silva… conforman un once que ha entrado en la historia y con el tiempo compartirá escena con el de Brasil de Pelé, la Holanda de Cruyff, la Alemania de Beckenbauer o la Argentina de Maradona.

Los periódicos deportivos españoles ahora preguntarán a quien va a otorgarse el balón de oro y aún no han percibido por qué a ningún jugador español le darán el balón de oro. No es porque no se lo merezca ninguno, todo lo contrario. Pero en esta última Eurocopa ha quedado demostrado el porqué, el motivo real es que Xavi reparte balones de oro con sus pases, Iniesta pide balones de oro con sus desmarques y Casillas sostiene balones de oro en sus paradas... así que no es necesario ningún trofeo que adorne sus vitrinas más de lo que ya están.

Apartando la euforia tras la victoria un poco queda decir que lo peor, o lo mejor, de todo es que en resumen se puede decir que mientras el país está casi en quiebra técnica, unos millonarios pequeñitos que excelentemente le dan patadas a un balón han vuelto a exaltar el sentimiento nacional. Una exaltación que hace olvidar momentáneamente el paro y otros tantos males de la crisis en la que vivimos inmersos; porque como muchos aciertan a denominarlo, el fútbol es el actual opio del pueblo.

P.D. Ya hoy puede empezar nuevamente la pelea entre Farsa y Moudrid.

2 comentarios:

  1. Juan Guillermo Bonilla3 de julio de 2012, 10:08

    Lo del balón de oro es lo de menos, Antonio. Al fin y al cabo es un premio que se concede, y los premios realmente apreciables son los que se ganan tras una disputa, como los tres seguidos que llevan nuestros fenómenos. Un abrazo.

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  2. Sí, quizás sea lo de menos, sólo un premio concedido; pero al igual que cualquier otro premio, también es el premio a una carrera y a una forma de practicar la materia en cuestión, en este caso el balompié.

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