domingo, 27 de septiembre de 2009

Sevilla, ¿qué te están haciendo?

Constantemente he leído en uno y otro periódico que a nuestra amada ciudad, Sevilla, la estaban matando poco a poco. Haciendo que dejase de ser ella misma. Encerrándola entre vayas para innecesarias obras de improvisación (por cierto, ¿la improvisación no era el santo y seña de la política de Zapatero?, si al final va a ser cierto eso de que todo lo malo se pega). Eliminando aparcamientos para crear carriles bici. Ahogando hasta la asfixia al comercio tradicional que tanta vida le da a sus calles… Mientras tanto, yo, pobre incrédulo, pensaba que todo era una maniobra de descalificación a Monteseirín y los suyos, que, evidentemente, no es el mejor alcalde que ha tenido la ciudad, a nadie se le escapa que hay años luz de distancia al siguiente, pero tampoco sería para tanto. ¡Pobre de mí! Ha sido en este fin de semana cuando me he percatado clarísimamente que lo que tanto pregonan los periódicos no es agua de borrajas.
Resulta que como buen hijo hago un par de mandados o tres a mi santa madre, que tanto me aguanta y me sufre, y lo que le queda por seguir sufriéndome… Pero dejemos los sufrimientos de una madre por su hijo y regresemos al tema en cuestión: ¡Vaya panorama deprimente que me encontré!; Voy a Triana, atasco en San Jacinto por obras. Voy a Nervión, aglomeración de vehículos (¡Qué bonito queda así dicho!) en la avenida de la Cruz del Campo y la avenida de la Ciudad Jardín por reforma de la mediana. Voy a los Remedios, la calle Asunción impracticable. Paso por la calle Ramón y Cajal, atasco debido a unas vallitas de unas obritas que están haciendo por ahí. ¿Estáis ya saciados de tanta obra? Pues aún me quedan por repasar las que van desde el Costurero de la Reina hasta el Prado de San Sebastián, las de Luís Montoto y seguro que habrá algunas otras, bastantes diría yo, por ahí que se me escapan.
Ante tanta obra y tanta vallita de los c…..s, se me ocurre a mí algo que plantear al ayuntamiento. A ver que le parece al tío de la bimba y la cachimba, como perfectamente definió Antonio Burgos a quien de verdad manda y ordena en la capital de Andalucía. Si mal no recuerdo, los títulos de la ciudad de Sevilla son Muy Noble, Muy Leal, Muy Heroica, Invicta y Mariana, pues bien, ¿por qué no solicitamos para nuestra adorada ciudad el título de Muy Vallada? Creo que refleja totalmente la realidad de la urbe en lo que llevamos de siglo XXI, y nos quedan, por lo menos, un par de eternos años más.

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