jueves, 13 de marzo de 2014

Un peligroso compuesto químico.

En pleno siglo XXI la química va tomando cada vez más protagonismo en nuestro día a día. Afortunadamente la mayoría de sustancias químicas se suelen emplear para la mejora del bienestar social, pero hay otros muchos compuestos que pueden ocasionar un gran daño y siguen siendo usados por las empresas con la permisividad de los gobiernos. De entre todos ellos, en esta ocasión voy a relatar los usos y peligros de un compuesto químico inorgánico que resulta ser uno de los más usados: el ácido oxhídrico.

El ácido oxhídrico es una sustancia incolora, insípida e inodora que causa la muerte de miles de personas todos los años. La gran mayoría de esas muertes es debida a la inhalación accidental, pero sus peligros no se limitan a esto, pues la exposición prolongada de los tejidos vitales a su estado sólido provoca muy severos daños; además hay otros peligros inherentes a esta sustancia que no deberíamos pasar por alto, pues forma parte importante de gran cantidad de contaminantes químicos ambientales y venenos.

Los síntomas de la ingesta de este compuesto incluyen una intensa sudoración, micción excesiva,  sensación de hinchazón, nauseas, vómitos y desequilibrios de los electrolitos corporales. Pero lo más grave es que se le han detectado propiedades adictivas, siendo tan fuertes que quienes hemos desarrollado su dependencia (redacto este artículo porque me he dado cuenta que involuntariamente me he convertido en un adicto al ácido oxhídrico) tenemos la muerte asegurada si abandonamos su ingesta. Así de dura es esta sustancia. Pero no todo queda sólo ahí:
  • Es considerado el principal componente de la lluvia ácida.
  • Es uno de los más importantes gases asociados al efecto invernadero.
  • Contribuye de manera muy importante a la erosión del terreno.
  • Ayuda en la corrosión y oxidación severa de muchos metales.
  • Suele provocar fallos eléctricos y electrocuciones.
  • Un exceso en su uso agrícola hace perder cosechas enteras.
Lo peor es que la contaminación por ácido oxhídrico es ya global, pues se han encontrado grandes cantidades de este contaminante en ríos, lagos y mares de todo el mundo, además de en la Antártida e incluso en las cumbres del Himalaya.

Ahora muchos os preguntaréis, si tan dañino es, ¿por qué no se prohíbe? Creo que sobran las explicaciones pues la razón es la de siempre, el dinero, el hijo puta dinero. Basta decir que, a pesar de los grandes peligros que conlleva su uso y manipulación, todos los países (España por supuesto) tienen grandes depósitos de almacenamiento de este compuesto y que en algunas naciones incluso hay una sofisticada red de canalizaciones subterráneas con las que distribuyen grandes cantidades entre la población que ya es adicta a dicho compuesto químico. ¿Por qué? Es fácil, entre sus usos están los siguientes (pongo ejemplos españoles):
  • El ejército lo emplea en la propulsión de una ingente cantidad de submarinos, fragatas, barcos e incluso el buque de proyección estratégica Rey Juan Carlos I (L-61), nave insignia de la Armada Española.
  • En la distribución de pesticidas, aunque el producto sigue estando en el alimento incluso después de su lavado.
  • En la refrigeración de las centrales nucleares.
  • El gobierno lo usa frecuentemente como agente antidisturbios.
  • Como retardador de ignición.
El gobierno español, ¡vaya tela Mariano!, se ha negado rotundamente a prohibir su uso y distribución a pesar del gran peligro que lleva adscrito esta sustancia debido a “su gran importancia para la salud económica del país”. Por ello desde muchos sitios de internet se está haciendo un llamamiento para concienciar a las personas y que se manifiesten por una rápida prohibición de tan peligrosa sustancia.

Para más información pueden mirar en este enlace (en inglés), o también pueden buscar la más variada información en internet sobre el ácido oxhídrico, el monóxido de dihidrógeno, el hidróxido de hidrógeno o el óxido hídrico que son las formas de nombrar químicamente este compuesto, aunque vulgarmente también se le conoce como agua.

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