miércoles, 3 de abril de 2013

Semana Santa...


Casi sin ganas de ser redactada, aguada, nunca mejor dicho, viene esta crónica cofrade de una Semana que dicen que cuenta sus días al revés.

Parecía que todo iba a comenzar como no pudo ser hace un año y no, a pesar de tener un manto blanco de Paz por el parque tras la Victoria de Cristo, no iba dicho manto bordado de luz y calor… Y poco a poco esa ausencia se hizo notar con un chaparrón que desbarató el día más esperado del año por los amantes de las cofradías, y así al final sólo nos quedó la Valiente, Clara Luz Estelar de los alfareros de Triana. Aunque eso sí, cosas que sólo ocurren en años de agua, se pudieron ver estampas memorables como, por ejemplo, Jesús Despojado por el Salvador camino de su templo.

Afortunadamente el Lunes Santo este año pudo ser un día que transcurrió con total normalidad y pudimos disfrutar tanto del grandioso paseo que dieron a la Virgen de los Dolores de San Vicente como de la majestuosidad del Traslado al Sepulcro de Nuestro Señor; todo lo contrario ocurrió el Martes Santo que se desbarató por tercer año seguido, quedándonos un año más sólo las estampas del traslado de la cofradía de los Estudiantes a su capilla universitaria.

He decir que estos tres primeros días tuve una compañía que no suelo tener en Semana Santa y ha sido un gozo ver detalles desde un prisma totalmente ajeno a nuestra fiesta, visión que me ha hecho apreciar datos y características que nunca hubiese pensado por tenerlas asumidas desde la infancia.

Llegó el Miércoles Santo, día tradicionalmente poco lluvioso, pero unas gotas a primeras horas de la tarde ha dejado este año sin Salud y Refugio de San Bernardo; lo cual me ha permitido ver el día en la calle y disfrutar tanto del paso de palio de Madre de Dios de la Palma a los sones de Margot como de los sones clásicos que acompañaban al misterio de las Siete Palabras de Cristo, sin olvidar el maravilloso misterio de la Lanzada. (Del numerito del año no pienso hablar)

Un Jueves Santo colmado, colmadísimo, de gente por las calles dio paso a la Madrugá, donde un año más no me nacen suficientes palabras en el intelecto para describir esos instantes en los que Dios camina por las calles de Sevilla, Gran Poder de Cristo que carga con la Cruz, con nuestra cruz. Aunque no la viví en directo, grandísima saeta a la Macarena en la Campana, más aún después de ir por la plaza del Duque a los sones de “Madrugá Macarena”, marcha realizada por un visueño al que bastantes veces pregunté cuándo haría una marcha…


Si fue tercer año sin Martes Santo, no iba a ser menos el Viernes Santo. En fin, sin comentarios… Así pues el Domingo de Resurrección, en la particular celebración que hace la Hermandad de los Dolores en el día más grande del año cristiano, sólo pudimos hablar de las homilías que los sacerdotes; porque no había estado el año especialmente bueno y ya casi ni nos acordamos qué es la cofradía en la calle. Esperemos que el venidero sea un año mejor, porque de otra forma vamos a tener que trasladar la Semana Santa al mes de Julio.

Al final, como siempre digo, lo mejor en todos casos es la compañía que en una y otra ocasión he ido teniendo.

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