domingo, 1 de septiembre de 2013

¿Qué diría Alfred?

Medalla al premio Nobel de la Paz.
El inventor de la dinamita estará revolviéndose en su tumba, pues en su testamento creó los premios que llevan su apellido y, en concreto, el Nobel de la Paz para que fuese entregado anualmente por el Comité Nobel Noruego “a la persona que haya hecho el mejor trabajo o la mayor cantidad de contribuciones para la fraternidad entre las naciones, la supresión o reducción de ejércitos, así como la participación y promoción de congresos de paz en el año inmediatamente anterior”.

De esa forma se instauró un premio que jamás ganó Mahatma Gandhi y que ganó Barack Obama por “sus extraordinarios esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la colaboración entre los pueblos”. Pero resulta que hoy amanece esta portada en los periódicos en relación al conflicto sirio: El nobel de la paz (sí, en minúscula) anuncia la guerra.

Espero que el presidente de los Estados Unidos de América al menos tenga al menos la decencia de devolver el premio porque puede que este sea el tercer inicio de otro periodo sin premios Nobel de la Paz hasta nuevamente lo vuelva a ganar el Comité Internacional de la Cruz Roja, como ya aconteció en  1917 y 1944.

Creo que está todo dicho.

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