jueves, 19 de agosto de 2010

Libertad Irakí

“Esa gente se acaban viniendo aburríos, igual que de Vietnam” Esas fueron las palabras que oí a una persona que ya empieza a poseer el dominio de la mayor de las sabidurías, no estudiada en universidad ninguna, la que da la edad. Era marzo de 2003 y los Estados Unidos de América invadían Irak con la misión de “desarmar a Irak de armas de destrucción masiva, poner fin al apoyo brindado por Sadam Hussein al terrorismo y lograr la libertad para el pueblo iraquí”, o al menos esa excusa pusieron para poder invadir un país del que durante 7 años ha estado sacando oro negro a bajo precio…
Pero como predijo este gran analista, después de, según el Pentágono, 32.000 soldados estadounidenses heridos y 4.415 muertos (si consideramos 8 años de estancia, la media sale a 1,5 que morían cada día), 784.000 millones de dólares gastados (los estadounidenses sólo en la II Guerra Mundial han gastado más), 13 españoles muertos (11 soldados y 2 periodistas), ahorcar a Saddam, destapar el embuste de las armas de destrucción masiva, dejar al país al borde de una guerra civil y seguramente muchos otros horrores de la guerra que no conocemos, pues EEUU empieza a abandonar Irak.
Y ahora, ¿qué dejan? Un país donde la vida vale menos que nada, inmerso en luchas étnicas y enfrentamientos religiosos… Pero eso sí, bastante bien cubierto está su suministro de petróleo, pues esa es la real diferencia para actuar contra las barbaries que cometía Saddam Hussein en su dictadura y no contra las atrocidades de, por ejemplo, Muammar al-Gaddafi en Libia o Than Shwe en Birmania.
P.D. El genial analista que anticipó antes del inicio de la invasión el resultado de la acción en Irak es mi padre.

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