lunes, 10 de agosto de 2009

Un futuro prometedor

Violaciones, asesinatos,…, crímenes que son cometidos por niños a quienes ampara una ley absurda. Bueno, niños, por llamarlos de alguna forma, porque sin son capaces de cometer semejantes tropelías ya no deben ser tratados como niños. Niñatos que no pueden ser juzgados para que carguen con todas las consecuencias de los aberrantes actos que han realizado, porque como son menores (y menoras, que si no se me mosquea Bibiana Aído)…Por favor, que alguien me explique esa ley.

¿Qué valores le quedan a esta sociedad? La respuesta es tan obvia que no necesita ser aclarada, con sólo encender el televisor para echar una ojeada queda la cuestión mucho más que respondida. La caja de hacernos tontos nos está convirtiendo en personas a las que sólo importa lo material, lo superfluo. Personas (y personos) para las que prima la superficialidad, cuyo único fin en la vida es alcanzar el éxito para conseguir dinero. Hombres infelices e inseguros, vulnerables e indiferentes por saturación. Que han hecho de la permisividad su nuevo código ético y que va desde la tolerancia ilimitada a la revolución sin finalidad. Lo primero el dinero, lo segundo el dinero y, ¿adivináis lo tercero? ¡Premio, si señor, el dinero! Lo demás son tonterías. Hay un gran vacío existencial que produce una falta de valores e ideales.

Pero eso es sólo empezar. No puede ser que una persona llegue a su casa después de trabajar, apague su intelecto y se niegue a tener conocimiento sobre cualquier cosa extraña o nueva. Pavor, miedo al conocimiento producido por esa dejadez patológica que produce el modo de vida emergente en la actual sociedad.

Podría seguir poniendo un ejemplo tras otro de esta, cada vez más, deprimente, inculta, superficial y decadente sociedad, rebosante de ignorancia, falta de valores morales y éticos. Ciudadanía fácilmente maleable que se niega en rotundo a conocer lo desconocido, en la que lo único que está clarísimo es que cuanto menos piense el individuo mejor para quienes nos controlan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario