viernes, 2 de noviembre de 2012

El fin de algunas fiestas


He aquí una noticia que apenas tiene mención en la prensa escrita y los (des)informativos de las distintas cadenas televisivas y radiofónicas. Dice el refranero que cuando veas las barbas de tu vecino cortar pon las tuyas a remojar, por lo que ya lo avisaba cuando supe que en Portugal se habían eliminado cuatro festivos (Todos los Santos e Inmaculada, religiosos, además de Independencia y Constitución, civiles)… Y así, al fin, nos encontramos con que, según leo por ahí, el año que viene la festividad de Todos los Santos comenzará a ser laborable; además de que se plantea que el de la constitución (sí, en minúscula porque no nos hace iguales a todos los súbditos del Rey de España) pase al lunes anterior o deje de ser festivo pero manteniendo los actos institucionales (al final será lo segundo, que traducido al español significa festivo para los políticos).
Supresión de una festividad para lanzar un mensaje a Europa (léase Alemania) de que España está haciendo los deberes para salir de una crisis en las que los políticos nos han adentrado al no dejar hundirse la base del capitalismo, es decir, los bancos (empresas que no se deja que quiebren mientras no veo rescate alguno a tantas empresas que cierran en nuestro entorno).

Lo mejor, o lo peor, es la justificación que hay para tal medida. Todo se basa en que los españoles somos los europeos que más festivos tenemos… y lo proclaman tan panchos mientras olvidan que los españoles tenemos unas 1820 horas de trabajo al año, a la vez que en el resto de Europa se trabaja una media de 1600 horas anuales. ¿En eso no nos hacen comparaciones? En fin, ¿qué vamos a esperar de la clase política española, el único sector del país donde no hay crisis ni reducciones ni nada parecido?

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