¿Cuántas
veces hemos oído la necesidad de que un país apueste por la investigación? ¿Cuántas
nos ha llegado la información de que un futuro de calidad pasa por la inversión
en el avance científico? Seguramente todos pensaréis que innumerables, rozando
incluso el hartazgo, han sido las ocasiones en las que nos ha repetido que la
inversión en ciencia e I+D+I es algo capital, de súbita importancia para el
desarrollo de cualquier nación en el mundo moderno; por no indicar que al
frente de todo ello deben de estar los mejores y más capacitados.
Pues
bien, patidifuso y consternado quedo ante la infame noticia que revela que Diego
Martínez Santos, un joven físico gallego investigador del Gran Colisionador de
Hadrones (LHC), ha sido premiado por la Sociedad Europea de Física (EPS) como
el mejor joven físico experimental de Europa el mismo día que le ha sido
denegada una beca en el programa Ramón y Cajal, plan coordinado por la
Secretaría de Estado de Investigación con el destino de facilitar el regreso a
España de los mejores talentos científicos en el extranjero. Lo razón, intentad
no desternillaros ante la situación, es que la comisión nacional de expertos
encargada de examinar los currículos determinó que el investigador gallego,
ahora con contrato de tres años en el Instituto de Física de Partículas de
Holanda, Nikhef, una de los mejores centros europeos en este área, no daba el
nivel necesario.
Por
deprimente que parezca, lo peor de esa noticia no es que el joven gallego se
haya quedado fuera de una plaza en la que cobraría una miseria y en la que,
quizás, tras algún recorte se quedaría incluso sin beca; sino el trasfondo que
conlleva la nueva en cuestión: Puede que su currículo no fuese el mejor porque
a dicha beca (175 plazas) han concurrido casi 6500 candidatos y la nota de
corte se ha quedado en un 91,5/100, con la reserva en un 87,2/100, por haber
solicitudes de personas de más edad con mayor bagaje en el mundo científico (lo
que conlleva mayor número de publicaciones, tesis dirigidas, etc…), o también
puede que al final del programa su currículo haya sido considerado “muy
disperso” y por abarcar varios campos sin ceñirse a uno concreto quede fuera
mientras lo llaman del Reino Unido para montarle su propio centro de
investigación por considerar muy positivamente la “interdisciplinariedad” que
su currículo conlleva, como ya ocurrió en otra ocasión.
Desde
otro punto de vista, me acongojo ante el zumbido que pita en mis oídos cuando
afrento lo cruda y triste realidad de que en este país al que llamamos España sólo
hay trabajo y ayudas públicas para quienes convienen verdaderamente a los
políticos en su apuesta por el auténtico I+D+I español: Imbéciles Doctrinados
Ideológicamente, Incompetentes Dóciles e Ineptos que sigan el Ideal Dogmático
de la Izquierda cuando gobiernan unos o las Indicaciones Derechistas Incuestionables
cuando al frente de las decisiones se encuentran otros.
Dejo un enlace a una viñeta aparecida en el periódico El País referente a la noticia en cuestión:
ResponderEliminarhttp://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2013/05/15/vinetas/1368630130_101177_1368630192_noticia_normal.jpg
Una noticia relacionada con el mismo tema y que no deja de ser cuando menos sarcástico:
ResponderEliminarhttp://www.levante-emv.com/sociedad/2013/05/16/despedida-principe-felipe-participa-primera-clonacion-celulas-madre-humanas/998380.html
Una valenciana, miembro del equipo que ha conseguido clonar células madre por primera vez es parte de ese equipo por haber sido despedida en España.
No sé si para reírse o para llorar.
http://www.lavanguardia.com/vida/20130517/54373598422/cracks-ciencia-marchan-espana-asfixia-i-d.html
ResponderEliminarAquí se van todos menos quienes deberían de irse: los políticos.
eso por votar pp
ResponderEliminarAhora da la casualidad que está el PP, pero con el anterior gobierno hubiese sido igual... Guste o no, el PP actualmente es el partido en el que los españoles hemos (no estoy diciendo que los vote ni que los deje de votar, digo hemos porque también soy español) confiado para que nos gobierne durante cuatro años. Así funciona el juego de la democracia: cada cuatro años nos venden una sarta de embustes y suponemos que los embustes de unos son mejores, o peores, que los de los otros. Votamos a quien nos parece bien y gana quien más apoyo tiene; dentro de otros cuatro años, sino nos ha gustado su forma de gobernar, pues votamos a otros y punto. Ahora está el PP, como dentro de cuatro años puede estar IU, PSOE, UPyD, o el que sea.
ResponderEliminarCon esto no quiero defender al PP, como a ningún partido político, porque soy de los que piensan que al final todos son iguales.