Aunque un servidor no sea precisamente el paradigma
de buen rociero, la ocasión merece la pena porque seguramente, al ver la imagen
que hay bajo estas líneas, muchos visueños sientan familiaridad con la carreta
que enmarca la imagen de Nuestra Señora del Rocío del Salvador.
La Hermandad del Rocío del Salvador, vulgo Sevilla, aún
estando fundada desde 1934, tenía unas reglas que no permitían realizar la
peregrinación romera a la Aldea; hasta que en vísperas de Pentecostés del año
1951 recibió la autorización de Palacio (allí siempre las cosas han ido
despacio, ganado se tienen dicho popular). Aquel año, ante la premura, se
improvisó una carreta con la tumbilla de la Virgen de las Aguas venerada en la
misma parroquia (ver). Pero fue tal el éxito de la peregrinación, que los rocieros
del Salvador se propusieron contar con una carreta propia en el siguiente año.
Para ello contactaron con Manuel Román Seco, que para la peregrinación de
Pentecostés del año siguiente les tenía acabada una carreta que seguía el
diseño que se observa bajo estas líneas: Una elegante carreta de alpaca
plateada con cuatro gruesos varales y un perfil polilobulado del que colgaban
numerosas campanillas que le conferían una singular sonoridad; única, semejante
a todas pero diferente del resto de carretas rocieras. Por si aún no se han
percatado, esa carreta que hasta 1974 realizó el camino del Rocío con la
Hermandad del Salvador es la misma carreta que desde entonces en Septiembre se
hace romera por los Alcores del Viso.
Por otro lado, como se ve en esta última fotografía,
aunque pudiese parecer extraño, no es la primera vez que esta imagen de la
Virgen del Rocío se enmarca en el espectacular encuadre que este templete
plateado le confiere; entre 1953 y 1959 la imagen de la Virgen de la Hermandad
del Salvador partía en la carreta camino de Almonte, aunque al llegar a la
parroquia de San Juan de Aznalfarache (posteriormente en la parroquia sevillana
de los Remedios) fuese sustituida por el Simpecado y se quedase esperando a la
vuelta de los rocieros sevillanos para volver nuevamente al Salvador.
P.D. Nunca entendí que los sevillanos cambiasen esa maravilla de carreta sólo por hacer una de plata, pero el otro día quedé perplejo cuando llegó a mis oídos que el cambio, más que por hacer una carreta de plata, fue motivado por hacer una carreta con seis varales, los mismos que tiene el templete de la Patrona de Almonte. No sé si esto último es cierto, pero, como dice un amigo mío, en Sevilla se hace lo mejor y lo peor y esta vez parece que hubo unos avispados que renunciaron a tener una carreta con sello propio, siendo única y personal, para tener una carreta “del montón”; es decir, con seis varales, como la mayoría de las carretas rocieras... aunque las casualidades de la vida hacen que en esta ocasión desde estas líneas sólo me quede dar multitud de gracias a aquellos eruditos, que permitieron que en este rincón de los Alcores disfrutemos cada septiembre el grácil tintineo que las campanillas de la carreta de los cuatro varales confieren al paso del Simpecado de Santa María del Alcor.
Artículo de la web "La Sevilla que no vemos" sobre el regreso de la carreta visueña al Salvador: http://www.galeon.com/juliodominguez/2014b/scarreta.html
ResponderEliminar