Obsérvalo con sosiego,
acarícialo con calma,
enamórate de su alma
e hiélate con su fuego.
Mas has de atender un
ruego
al gozar su compañía;
empápate en su alegría
y cuando vayas a hablar,
sólo intenta mejorar
lo que el silencio
ofrecía.
“Cuando
hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio.” Proverbio indio.
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